Unos consejos para el cuidador y así poder evitar un excesivo desgaste físico y psíquico.

Ser cuidador de una persona dependiente, y más si se trata de un ser querido, no es tarea fácil. La mayoría de nosotros lo hacemos por amor, intentamos llevarlo lo mejor posible, hacerle la vida agradable a la persona a la que cuidamos, y darle todo el cariño del mundo. Pero se trata de una tarea con horario ininterrumpido, y que conlleva un gran desgaste físico y mental, que acaba pasando factura. Os proponemos una serie de pautas a seguir. Fáciles pero muy importantes que os agradecerán y agradeceréis.
1. Duerme al menos 8 horas al día:
La calidad del sueño y la cantidad de horas que dormimos, es algo mucho más importante de lo que imaginamos, nos permite disminuir el estrés, mejorar el estado de ánimo, enfermar con menos frecuencia, mantener un peso saludable, y reducir el riesgo de tener diabetes y tensión alta.

Adaptación:

¿Cómo adecuar nuestra casa?

Una vivienda adaptada es aquella que responde a las necesidades de los que habitan en ella, principalmente con el objetivo de facilitarles su día a día y ayudarles en su vida cotidiana.
Está claro que todos queremos vivir en nuestra casa, y las personas mayores también. El 87,3 % de los mayores de 65 años señala su hogar como el lugar donde desearía envejecer
Pero para que este deseo se cumpla, tenemos que poner los medios adecuados. Antes de embarcarnos en grandes obras, conviene pensar lo que uno mismo puede hacer para prevenir accidentes domésticos. En este artículo puedes encontrar algunas ideas y consejos que podrán servirte para adaptar el hogar de tus familiares o personas a tu cargo que lo necesiten.

Cuando llega la primavera no son únicamente los más jóvenes los que reciben esa "fiebre primaveral", los mayores también la perciben y son especialmente sensibles a estos cámbios estacionales, el mayor número de horas de sol, el estirar cada vez más los días.

ejercicio
El ejercicio en personas de edad avanzada:
Se asocia con una menor tasa de deterioro en la capacidad para pensar, propia del envejecimiento. Según un estudio realizado por la Universidad de Miami y la de Columbia (EE.UU.), las personas que practican poco o ningún ejercicio experimentan un deterioro equivalente a 10 años de envejecimiento en comparación con las personas que practican ejercicio entre moderado e intenso. El estudio se ha publicado en Neurology, la revista de la Academia Americana de Neurología (AAN). “El número de personas mayores de 65 años en los Estados Unidos va en aumento, es decir, que los problemas de salud en cuanto a pensamiento y memoria probablemente crecerán”, dice el autor del estudio Clinton B. Wright, de la Universidad de Miami, miembro de la Academia. “Nuestro estudio muestra que hacer ejercicio regular puede proteger a las personas mayores, ayudando a mantener sus capacidades cognitivas más tiempo.” Para el estudio, los investigadores analizaron los datos de 876 personas participantes en el estudio Norte de Manhattan, realizado en Nueva York, a los que se les preguntó cuánto tiempo y con qué frecuencia habían hecho ejercicio durante las dos semanas anteriores a la encuesta. Unos siete años más tarde de media, a cada persona se le dieron pruebas de memoria y de habilidades de pensamiento y se le hizo una resonancia magnética del cerebro, y cinco años después, de nuevo, les hicieron pruebas de memoria y pensamiento. Del grupo, el 90 por ciento informó haber hecho ejercicio ligero o ningún ejercicio. El ejercicio ligero podía incluir actividades tales como caminar y yoga. El restante 10 por ciento dijo haber hecho ejercicio de intensidad entre alta y moderada, lo que podría incluir actividades tales como correr, ejercicios aeróbicos, o calistenia.